A pesar de su aspecto y su gran corpulencia, el Alaskan Malamute es un perro juguetón, sociable y dócil.
No es una raza para personas inexpertas ya que es un perro que necesita como dueño a alguien que le proporcione autoridad, que el pueda ver como un amigo responsable a quien puede seguir. Al Malamute no le valdrá que le demos de comer todos los días para que el sienta la jerarquía que debemos imponerle.
Respecto a otras mascotas, debemos tener cuidado e intentar socializarlo muy bien desde cachorro, ya que su obsesión con la jerarquía le puede llevar a mostrarse demasiado ‘dominante’ con otros perros.
La relación con los mas pequeños de la casa es de absoluta protección y si fuera necesario, daría su vida por salvarles. Debido a su tamaño y su fuerza, los juegos entre el Malamute y los niños siempre debe ser bajo supervision y con unas pautas tanto para el niño como para el perro.